Socalcos de Sistelo

El paisaje de las terrazas de Sistelo es sin duda uno de los más bellos e imponentes del norte del país. Al igual que la Región Demarcada del Duero, aquí la necesidad también aguzó el ingenio. Las terrazas surgieron por la falta de suelo fértil para la agricultura. El resultado salta a la vista. Con sudor y sacrificio, la gente de la zona se enfrentó a los declives y creó regadíos, pozos y cursos de agua. Salpicadas de amarillo con montes de paja, estas plataformas verdes y fértiles están bañadas por el río Vez, que nace a pocos kilómetros de distancia. Para apreciar mejor todo este panorama de indudable belleza, suba a pie por las estrechas calles de la aldea, donde, en un claro con dos bancos, podrá disfrutar finalmente de esta maravilla de la naturaleza en todo su esplendor. Antes de marcharse, no se olvide de visitar la Casa do Castelo (Casa del Castillo), un palacio neogótico del siglo XIX que visto desde lejos embellece aún más el escenario que nos ofrecen las terrazas que marcan este paisaje.