Portal da Quinta do Crasto / Lindberg

En la carretera que une Valença con Monção, ya cerca de la frontera entre ambos municipios, pasará por diversos puntos de interés que justifican una visita. La puerta barroca de la Quinta do Crasto es lo primero que claramente destaca en el paisaje. Se trata del único vestigio de una gran propiedad, probablemente construida en la segunda mitad del siglo XVIII, que perteneció a la familia Pimenta de Castro. Esta finca fue escenario, durante las invasiones de Napoleón, de una fuerte envestida por parte de los soldados franceses. Trasládese a aquellos tiempos e imagine a las tropas napoleónicas bombardeando toda la propiedad. Quedó casi todo destruido. Poco se salvó, únicamente esta admirable puerta principal, un marco en la historia de la región.Justo al lado encontrará el monumento a Lindberg. Esta escultura evoca el día en que, en 1933, Charles Lindberg se vio obligado a realizar un aterrizaje forzoso en el río Miño, en Friestas, con su hidroavión Lockheed, que se había quedado sin combustible… Charles Lindberg ya era por aquel entonces un conocido aviador estadounidense que, seis años antes, había destacado por ser el primero en volar solo, sin escalas, cruzando el Atlántico. Ahora imagine el escenario: centenas de personas acudiendo al río Miño, al Ínsua do Crasto, para recibir a Lindberg y a su esposa y copiloto, Anne Morrow. El acontecimiento quedó de tal manera grabado en la mente de la población local que, a finales del siglo XX, erigieron esta escultura de hierro, obra de un hijo de Valença, Alípio Nunes.